domingo, 7 de octubre de 2012

H.O.L.A.

Hola no es un saludo; es un acrónimo. Un acrónimo con el que empezamos grupo en este 12.13 que nos va a tener más tiempo dentro que fuera. Dentro de todo lo que pase interesante en educación y fuera de pupitres, muros y j-aulas.

H.O.L.A. podría ser el acrónimo del modelo de aprendizaje que cimenta el modelo de proyectos que llevamos a la práctica año tras año y que se agarra con fuerza a las cuatro patas que lo sostiene: Higado (emoción), Oido (razón), Lengua (cuerpo) y Amigos (relaciones). Un modelo de aprendizaje que intentaré que te tatúes en el cerebro y el cuerpo antes de que el mundo de las urgencias laborales te lleven por el camino de la tecnoburocracia educativa.

De momento comenzamos con un ¡Hola, H.O.L.A.!.  La historia comenzó el jueves con juegos de verdades y mentiras. ¡Cuánto dice de todxs las metiras que construímos a nuestro alrededor y que buena forma de dibujar una tarjeta de presentación!. Jugamos a deconstruir nuestros nombres, nuestra posición en el espacio, a etiquetarnos y exponernos al otro. Anclamos un primer elemento de identidad grupal con algo tan sencillo como un clip -un clip que guardarás todo el año dispuesto a ser protagonista de cualquier acción y que, aunque quizá no lo sepas, es un guiño al estupendo vídeo de Ken Robinson del que hablaremos... pero más adelante-. 
Luego salimos a la calle y visitamos la acera, el bar, el espacio del acercamiento. Tras esto nos sentamos tranquilos y ya relajados. Parecía que nos conocíamos desde hace semanas. En ese momento lanzamos deseos. Deseos que deben dirigir la historia que vamos a escribir en los próximos meses. Como aquellas decenas de palabras que escribe el autor de la novela al inicio del libro contando lo que podemos esperar tras sumergirnos en la aventura que comience tras el título de CAPITULO 1.

H.O.L.A.