Por estas fechas hace algunos años escribo un post obligado: “Encantado de conocerte”. Los alumnos de primer curso de FP de grado superior comienzan sus clases. En mi centro público también.
Durante las últimas semanas decenas de
miradas revoloteaban por los pasillos esperando que salieran las listas
de admitidos, entregando papeles y observando con curiosidad todo lo que
les rodeaba.
Es un año de enfados. Las matrículas han
subido un 120 por ciento respecto al curso pasado. Las normas para
organizar la matriculación han hecho coincidir en el mismo día a los
alumnos de ciclos de grado medio y superior en las secretarías
provocando colas y descontentos. Y para poner lazo al precioso regalo de
inicio de curso, en mi centro tenemos un edificio entero inutilizable
ya que la construcción de un ascensor en el edificio se inició el 14 de
agosto y no a primeros de julio como sería de esperar. Dicen –a modo de
explicación- que parece-ser-que-se-nos-informa, que el problema para que no comenzaran antes es que “faltaba una firma”. Así
que de vez en cuando miramos la puerta del edificio herido esperando
que en cualquier momento aparezca por el hueco del ascensor inexistente
la cabeza de Groucho Marx pidiendo más madera. Y es que al
final tendremos que buscar la forma de hacer que los intentos de los
dioses para llenar de mierda la enseñanza pública tengan una correcta
devolución del paquete por “destino equivocado”.
Así que el día uno de octubre allí estaré
dándote la bienvenida diciéndote que estaré encantado de concerté. Lo
tendré que hacer quizá en la biblioteca del centro o en aula prestada de
aquí o de allá, pero tendremos nuestro espacio de encuentro.
Y lo haremos
con un objetivo compartido, porque los que construiréis este curso
compartís conmigo algo que me lleva más de cuarto de siglo ocupando: la
educación. Serán futuros educadores infantiles, integradores sociales o
animadores socioculturales.
Educadores todos y todas con los que el
encargo es muy sencillo; inyectar la idea de que la educación es la
herramienta más potente que existe para hacer dueñas a las personas por
su caminar en este mundo; y que se impregnen de la ilusión por construir
una profesión que te puede llevar a levantarte cada mañana contento de
ir a trabajar. A trabajar con personas.
Así que mientras miraba el edificio
herido ya andaba engrasándose el curso. Pensando y organizando las
actividades en centros en los que intervendrás y aprenderás con niños
que estarán encantados de conocerte. Organizando visitas y viajes que te
llevarán a conocer otras realidades, algunas lejos como el centro del
Atlas, otras cercanas como Málaga o simplemente el Retiro de Madrid.
Este curso también te llevará a realizar Jornadas profesionales en
InterActúa14, vivir días en una Granja Escuela como educadores, hacer
talleres de performance y utilizar el arte contemporáneo como
herramienta educativa. Conocerás en directo como se trabaja en centro de
todo tipo como el Centro de Acogida al Refugiado o en Hospitales.
Convivirás días en escuelas infantiles o serás organizador de veladas
nocturnas en centros educativos. Construiremos poco a poco tu profesión
de educador y educadora.
“Hola, me llamo Juanjo, encantado de conocerte. Recorreremos un curso juntos.”