domingo, 13 de febrero de 2011

Curriculum oculto y territorio

Repensar el territorio desde otras ópticas. Un mundo con mútiples espacios de especialización funcional que producen una disección de todos y cada uno de nosotros. Lugares para alojarse, otros para trabajar, para el ocio, la amistad. Todo ellos conectados por las tecnologías de la movilidad. Los transportes y los medios de movilidad visrtual.
Centros comerciales, de ocio, polígonos industriales donde trabajar, redes virtuales con las que conectar con amigos, amantes, comunidades. Todos ellos diseccionan nuestro yo hasta construir identidades paralelas que conviven sin contradicción en este cuerpo que cada vez más invita a la inmersión en la tecnología. Quizá un ciborg que nada tiene con la superación de género que soñara Donna Haraway y que nos lleva más al estereotipo y la o-presión de la Marca como identificador identitario.

Una disección que produce islas funcionales en el territorio que hace desaparecer el barrio como lugar común-itario. Una disección que plaga el planeta de los no-lugares de Augé. Lugares de tránsito que mp3 en oído, pantalla en ojo nos desarraiga del 90 por cien de los centímetros cuadrados que pisamos día a día. Espacios que no quedan sin ocupar. Y si no que alguien discuta la siguiente viñeta de El Roto:


Espacios que se plagan de signos y significados visuales que quieren modelar nuestras relaciones, nuestra posición en el mundo. Hoy os recomiendo el libro de María Acaso “Esto no son las torres gemelas”. Un sencillo manual visual que no me gustaría perder como ancla cuando hablemos de “Convergence culture” de Henkins y similares. Dos caras tiene una moneda. Las dos nos sirven para repensar el papel de la acción social de este líquido tiempo.
Para extender hilos de reflexión siempre está bien después del libro de Acaso que os acerquéis al que ya es un clásico de Lakoff "No pienses en un elefante". Si es asi os recomiendo el capítulo 4 titulado "Metáforas del terror".